Razones por las que algunos arquitectos contrarios no hacen mediciones o ensayos de los daños

Hemos puesto de manifiesto alguna vez, nuestra extrañeza, de que algunos técnicos, que hacen informes de contrario, no necesiten efectuar mediciones de ningún tipo, ni cálculos, ni análisis, ni poner testigos sobre las grietas, por ejemplo, concluyendo en sus informes, la inexistencia de daños, -que nosotros si hemos indicado, con bases de fotografiarlos profusamente, y poniendo testigos, controlándolos, y revisándolos-.

Es más, ellos, -por lo visto- y nunca mejor dicho, sólo necesitan, con el uso de la vista, sin efectuar mediciones de ningún tipo, y sin poner testigos, decir que no han visto daños. Y no sólo eso, sino que a veces van más allá, y desdeñan las mediciones efectuadas, y las tachan de poco científicas y potencialmente manipuladas.

Siempre hemos dicho que ese tipo de peritos, se sienten, o se creen parte de la comunidad científica, pero interesa aclarar que los arquitectos, no son científicos. Una cosa es la Ciencia, y otra la Técnica. Y la técnica, debe afrontar problemas cuyo tratamiento científico sería inabordable.

Técnicamente, se acepta un empirismo consistente en poner testigos, y dado que los resultados de estas roturas o separaciones, son muy variables, se acepta un segundo empirismo consistente en un determinado tratamiento estadístico de los resultados.

Estos empirismos han dado tan buen resultado, que las normas vigentes los han incorporado como procedimiento técnico para determinar los movimientos y la progresión de daños en una edificación.

Los técnicos, deben tomar decisiones sobre mediciones, no sobre impresiones sensoriales, aunque científicamente estas mediciones no sean perfectas, o incluso discutibles.

Si los técnicos/catedráticos/científicos o profesores, consideran aborrecible este procedimiento, que aporten soluciones alternativas, excepto sus consideraciones telepáticas con los daños de las estructuras y tabiques, fácilmente observables por los que no tenemos tantos años de ciencia infusa.

Pero es que, además, -y es lo paradójico- algunos técnicos, se encuentran seriamente molestos por las colocaciones de testigos, e intenten desprestigiar su colocación, evolución, observación, y objetividad en los resultados de las mediciones, con procedimientos inconfesables.

En la Técnica, cuando se habla de un problema, se efectúan mediciones, y se analiza y se mide. No se charla o critica. Hágalo usted en su caso, y dígame en qué me he equivocado.

Afortunadamente, en esa última línea, cada vez más, los jueces en sus sentencias, critican esa actitud pasiva, con aires científicos, que casualmente abundan y acaban siempre, en la inexistencia de daños en las edificaciones examinadas de sus colegas.