Abandono de obras. Denuncia por obra inacabada.
Problemas con constructora que ha abandonado la obra.
Ni es la primera ni será la última, sino todo lo contrario, ya que es clásica y repetida la “huida” del contratista o constructor que abandona la obra, que simplemente se va, sin dejar nota de despedida. Se marcha y abandona, por una u otras razones que desgraciadamente se repiten en este tipo de contrataciones.
Se marcha porque se ha equivocado con el presupuesto (a la baja), y el contratista piensa que pierde dinero, o no se entiende con el propietario, ya que éste le exige cosas nuevas o distintas a lo acordado, o con ello presiona para que el propietario modifique y se avenga a cambiar al alza el presupuesto de la obra, o simplemente porque tiene problemas o le van las cosas mal.
El escenario es el siguiente: un propietario quiere realizar una obra nueva en su parcela, con su proyecto en la mano, o una modificación lo suficientemente importante que pretende hacer, o simplemente una obra sin proyecto que le encarga hacer a un conocido y recomendado constructor, que le han advertido anteriormente que es una persona de fiar. Sin embargo, al final por problemas con el mismo, no le termina la obra.
A veces, cuando después de una buena impresión se conocen la propiedad y el futuro contratista, suele suceder, que en el contrato a firmar, aparece la primera sorpresa inesperada, que es que el contrato ha de ser firmado por una sociedad propiedad del contratista o de su familia.
Es el primer problema que puede presentarse, pues si la sociedad no tiene bienes a su nombre, caso de resolverse el contrato sin acabarlo, o simplemente incumplirlo el contratista, es casi inútil demandarlo pues no habrá solvencia ni bienes a nombre de la sociedad.
También es probable que dicha obra, se realice sin Aparejador, o Arquitecto, -pues el propietario pensará que con éstos profesionales se encarecerá la obra-. Pero el que no existan estos profesiones tiene el inconveniente que nadie está certificando las obras que se van concluyendo, y en consecuencia, no sabemos fehacientemente, cuántas obras se han realizado desde el momento inicial.
Segundo problema. Si no hay un técnico que certifique las obras realizadas, y si hay un saldo a favor del propietario por ejemplo, para acreditarlo, ha de contratar este un nuevo profesional para que perite el valor de lo ejecutado, y lo compare con lo satisfecho o pagado al contratista. Por supuesto que nunca se debe caer en la tentación de pagar “en negro”, pues ese montante no sólo será ilegal, sino que además carecerá de justificación a la hora de calcular y acreditar lo abonado por el propietario.
El juego obra realizada-certificación firmada por el aparejador, es útil, pues sólo se paga lo que efectivamente se ha realizado, y ni un ladrillo más. Sin perjuicio de la asistencia que le haga dicho profesional que siempre viene bien, por su consejo, por su seguro, por sus ideas, y para corregir a tiempo, lo que de mal hecho haya realizado el contratista.
Pero la mayoría de las veces, no hay aparejador que haya certificado las obras con su importe, y nos encontramos al propietario que le han abandonado las obras, y al parecer el contratista ha cobrado entre anticipos, y provisión de fondos para compra de material, más de lo realizado en obra.
¿Y en tal situación, que es lo que hay que hacer? Pues que un técnico perite y valore las obras realizadas in situ, y al contratista se le acredite lo pagado hasta el momento, y el saldo resultante, si es a favor del propietario (cuando hay más pagado que lo efectuado en obras por el contratista), y a continuación reclamárselo al contratista huido, si es solvente y tiene bienes el propio contratista o la sociedad firmante del contrato de obras. Y suerte.
Es importante saber de qué lado está la posesión de las obras, pues la cosa se complica en contra del propietario, si el contratista deja un retén, o simplemente cierra la obra haciendo ver que la sigue poseyendo, con lo cual ejercerá un tipo de presión contra la propiedad, para que le abone lo que el crea tiene de saldo a su favor, e impidiendo que el propietario entre a las obras. Y de hecho el propietario no podrá cambiar las cerraduras para impedir el paso a la constructora, dado que podría ser ilegal. Así de surrealista, y así de complicado.
Consejos para evitar problemas con las constructoras:
Por tanto, para evitar problemas aconsejamos:
- 1) Hay que escoger con mucho cuidado a quién se contrata. No sólo que sea recomendado o tenga experiencia contrastada, sino que sea una empresa/autónomo que pueda ser solvente y no nos conduzca a una reclamación infructuosa.
- 2) Asimismo, es aconsejable que a los contratistas constructores se les aclare y firmen por escrito, que no tendrán la posesión de las obras. Y no dejarles llaves en su caso.
- 3) Tener todo bien documentado, contratos firmados, presupuestos cerrados, justificante de pagos por transferencia ect..
- 4) Si puede ser, que se contrate a una dirección facultativa (un aparejador al menos) ajena a la constructora y que dicho técnico haga cada semana o dos las certificaciones pertinentes, y que sea éste un testigo privilegiado de las vicisitudes de la obra.
Si no se hace así, -en caso de abandono de obra, o paralización- estará discutible el tema de la posesión de las obras, y habrá que contratar a un perito arquitecto o aparejador externo, que haga la liquidación de lo pagado por el propietario y cuantifique las obras realizadas y su montante económico. Y luego ser reclamado por abogados especializados. Consúltenos.
DPcon Reclamaciones Daños Constructivos.
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